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Amor Secreto en el Instituto

 Un Encuentro Inesperado

El aroma del café recién hecho inundaba la cafetería del instituto mientras los profesores aprovechaban su descanso. Miku Toe, la joven y atrevida profesora de ciencias naturales, se movía con prisa entre las mesas cuando, de repente, chocó contra alguien. Un líquido caliente se derramó sobre su blusa favorita, manchando su seno izquierdo.

—¡Ah! —exclamó ella, sintiendo la incomodidad del café empapando su ropa.

—Lo siento mucho —dijo Yon Verner, un profesor de matemáticas de 27 años, divertido, romántico e inteligente, quien la había golpeado sin querer. Sus ojos se fijaron en la mancha que oscurecía la tela de la blusa de Miku, y, sin pensar, intentó ayudarla a limpiar.

En su torpeza, su mano rozó accidentalmente su seno, lo que hizo que Miku sintiera un escalofrío recorriéndole el cuerpo. Su pezón se endureció involuntariamente, y el momento quedó suspendido entre la incomodidad y una atracción latente.

—¡Yo…! —Miku se tapó instintivamente, sintiendo el calor en su rostro.

Yon, sin notar la tensión en ella, le pasó una toalla con naturalidad y le compró otro café. Luego, cada uno se dirigió a sus aulas, pero el incidente dejó una chispa encendida entre ellos.

Con el tiempo, empezaron a cruzarse cada vez más en los pasillos. Se hicieron amigos, y Miku, sintiendo una atracción creciente por Yon, comenzó a dejarle señales sutiles de seducción. Yon lo notaba, pero sin saber si era intencional o inocente, decidía no reaccionar para no faltarle el respeto.

Parte 2: La Lluvia y el Primer Beso

Una tarde de jueves, una torrencial lluvia azotó la ciudad. Miku caminaba apresurada por las calles cuando un auto se detuvo a su lado. Era Yon.

—Súbete, te vas a empapar —dijo con una sonrisa.

Ella aceptó y se dejó llevar hasta su casa. Cuando llegaron, ambos estaban mojados. Miku, sintiéndose en deuda, le ofreció usar su baño para cambiarse. Yon aceptó y, mientras intentaba secar su ropa, Miku lo vio sin querer completamente desnudo. Su rostro se tornó rojo al instante, y rápidamente se giró, sintiendo su corazón latir con fuerza.

Al despedirse en la puerta, una tensión invisible los envolvió. Miku, impulsada por el deseo, lo besó apasionadamente. Yon correspondió, pero antes de que pudiera reaccionar, ella, avergonzada por su atrevimiento, lo empujó de golpe hacia la calle y cerró la puerta.

Al día siguiente, Yon actuó con total normalidad, mientras que Miku, aunque avergonzada, se sintió extrañamente más cómoda con él. Poco a poco, su relación se volvió más cercana y cómplice.

Parte 3: La Noche de los Deseos

Con el paso de las semanas, comenzaron a salir juntos con más frecuencia. Se encontraban para tomar café y, algunas noches, Yon cenaba en casa de Miku. Una de esas noches, jugando a las cartas, el ambiente entre ellos se tornó diferente. Las miradas se alargaban, las sonrisas se volvían más intensas, y la tensión flotaba en el aire.

De repente, Yon la besó. Miku, sorprendida, se alejó por un momento, pero cuando él se dispuso a levantarse, ella lo tomó por la mano izquierda y lo atrajo de nuevo hacia sí. El deseo acumulado durante meses explotó en ese instante. Entre los muebles, la mesa y el mantel, se fueron despojando de la ropa con ansias contenidas. Se entregaron el uno al otro con locura, desatando la pasión que ambos habían reprimido por tanto tiempo.

La relación entre ellos ahora había cruzado una línea, y aunque en el instituto tenían que seguir actuando con normalidad, sabían que aquello que habían iniciado no se detendría fácilmente.